Sus muertos lograron quitarle el sueño. Pablo en 1946, Dolores en el 47 y Óscar en el 48. Durante años lo visitaron hasta que llegaron Susana, Teresa, Obdulio y Paco del 50 al 52 y le quitaron el apetito apretándole la boca del estómago sin dejarle comer. Los años posteriores los decesos se acumulaban en grupos y ya ni se molestaba en recordar sus nombres.
No le dejaron cumplir los sesenta; se abalanzaron sobre lo que le quedaba de vida en cuanto pudieron. Le atraparon el alma impidiéndole bajar al infierno. Una eternidad entre sus muertos sería un castigo más adecuado para aquel asesino en serie.
Yudeyna Santana
Jop Yudeyna me da escalofríos. Bueno
ResponderEliminarLo siento?!? 🤷🏼♀️
Eliminar