Sambito

 

La visión de @r_alvarezrojas99 sobre Sambito.


    Daba brinquitos en la silla como quien tiene una almorrana doliente, picona, sangrona y no puede mantener el culo quieto ni posado mucho rato. Pero no, él solo era desinquieto, como decía mi abuela. De toda la vida el crío ha tenido seguidillas pegaditas al culo y no para quieto, por eso lo llamamos Sambito.

    Sambito, ven. Sambito, vuelve. Sambito, para quieto, coño. Sambito, mañana vamos a ca Don Juan, el Mago, a ver si tienes lombrices. Sambito, haz lo que te dé la gana, mijo. Total, así caes rendido por la noche.

    Pero al jodío chiquillo no se le acababa la pila ni durmiendo y más de una y tres veces lo tuvieron que recoger del piso, estampadito contra la alfombra que amortiguaba los golpes, a Dios gracias y sin servicios sociales mediante, y sin que el bendito se enterara de nada en medio del sueño trancado bajo siete llaves. Por eso acabaron poniendo un tablón de madera a la cama para que hiciera de barrera de contención, como a los toros en el redil, para que Sambito no se matase solito en mitad de la noche con tanto brinco enajenado.

    Luego, con el tiempo, le descubrieron que los brincos eran más bien convulsiones por unas fiebres que se manifestaban sin calenturas ni nada. Pero la abuela dijo que ni hablar, que las fiebres sin calenturas eran cosas del Diablo para que atontaran al chiquillo con medicinas y olvidaran a Dios Padre. Por eso ella mandó llamar al padre Jeremías y le pidió, por cien duros, unos rezados buenos para espantar malas cosas, agua bendita a granel y cuatro misas porque para el exorcismo ya no le llegaba.

    Al quinto día de rezos y baños benditos el niño mejoró y ya no se estampaba en el piso ni se sacudía como las maracas y ella sintió bien invertido sus duros, así que mandó tirar los antibióticos del demonio, que su hija administraba a escondidas, porque ella "cosas de brujas no toleraba en su casa, Sucristobendito".


Yudeyna Santana

Comentarios

  1. A mi en especial me han tocado varios Sambitos, sin intervención de la iglesia, ni medicación así si sabré del tema. Me parece fantástico cómo todo lo que escribes.

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  2. Qué alegría leerte, Alina. Muchas gracias por tus palabras. Imagino el día en que podamos conversar sobre esta y otras tantas cosas.

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