jueves, 27 de enero de 2022

Ellos están primero









Esta mañana fui al supermercado. No es nada raro; es algo mecánico que hago casi a diario y sin pensar demasiado. Entro, compro las cosas de siempre y salgo. Pero hoy, al llegar al pasillo de los lateríos, me encontré con un señor mayor que miraba fijamente el estante. Dos veces lo vi animarse a coger unas latas pero las mismas dos veces algo le hizo retirar la mano. Cuando me vio coger mis latas sin dudar, me preguntó. 

 - Mi niña, ¿todo esto es atún? 
 - Sí, señor, todito. 

 Volvió la vista a la estantería, perdida, dudando.

 - ¿Cuál busca? 
 - No sé, uno sin sal. Eso me puso mi hija aquí en la lista. 

 Nunca había analizado tanto las latas de atún pero, después de un rato, quedó satisfecho con la elección y metió algunas en la bolsa de rafia que llevaba colgada del hombro y siguió su camino. Me di cuenta de que había dejado una malla de papas en el suelo, la cogí y fui tras él. 

 - Señor ¿las papas son suyas? 
 - Sí, pero pesan. Después paso y las cojo. - ¿Le parece si se las dejo en caja? 

 Dudó, pero me contestó que no, que mejor las llevaba consigo porque, de todo lo que llevaba, era de lo único que estaba seguro. 

 - Mi niña, las papas siempre son papas. Eso nunca cambia. 

 Nos volvimos a encontrar en el pasillo de la leche y allí, de nuevo, analizaba los mil y un envases del estante. 

 - Mi niña, ¿tú ves la leche de almendras?. Mi hija me lo apuntó en el papel, pero yo no sé... 
 - Es ésta de aquí, pero no queda de la marca esa que le puso su hija.
 - Alcánzame una cualquiera, si es de almendras, leche no será. 

 Y así, pasillo a pasillo, lo que para mí suponían diez minutos de mi tiempo cada mañana, se convirtieron en treinta acompañando al señor en lo que para él estaba resultando un periplo. 
 Pues no me había deshecho yo de mi desazón por aquel hombre que se devanaba los sesos descifrando tantos colores, marcas, sabores y sin añadidos de tanto producto, cuando paré en un cajero automático a hacer una transferencia rutinaria que me llevó apenas tres minutos. No me había dado cuenta pero, en el cajero de al lado, una señora mayor me miraba de reojo y rezongaba. 

 - Mi niña, ¿a ti te funciona el cacharro éste? 

 Llevaba más tiempo que yo allí, probablemente, y no sé cuántos intentos llevaba, pero era evidente que aquello superaba ya su cota de paciencia.
 La lectora no quería leer y ella debía meter manualmente cada dato que requería el ingreso. 

 - ¿La ayudo? Es que a veces estos demontres se ponen caprichosos y le dan a una dolores de cabeza nada más. 

 Ella no me contestó, me largó los recibos aliviada y me dejó hacer el recado por ella.

 Esa mañana volví a casa un poco más tarde de lo normal, pero no me importaba. Pero no les voy a negar que no me supo bien tener que darme cuenta de frente de que el mundo avanza a pasos agigantados, de una forma tan veloz que nadie tiene tiempo de pararse a mirar alrededor y VER que las personas que han hecho posible con sus manos, su trabajo y esfuerzo que todo ese adelanto sea posible y que lo disfrutemos, se están quedando atrás. Los estamos dejando atrás. Porque para ellos las papas seguirán siendo papas, la leche será siempre leche y el atún será atún aquí y en Pekín. Para ellos el dinero siempre será en metálico y las cosas se pagarán en mano o en la caja del banco como se hizo toda la vida; como se hizo toda su vida. Y sus vidas no se acaban porque el mundo quiera ir más rápido que ellos.

El hecho de que no nos demos cuenta de eso, de que no haya una PERSONA que les haga ese trámite en un banco, me hace plantearme si de verdad somos dignos de todo lo que trabajaron por las generaciones futuras, porque el avance no puede ser a costa de quien ha estado aquí antes que nosotros en un mundo que han construído y al que no les estamos dando cabida.

4 comentarios:

  1. Gracias Yudy, todo lo que estás contando es el día a día de nuestros mayores, gracias que aún hay gente que ayuda, estos pequeños hechos nos hacen crecer.

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    1. Su día a día es cada vez más complicado en un momento de sus vidas en que solo deberían preocuparse de ser felices y no de sobrevivir en un mundo que no reconocen.

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  2. Muy bueno amiga, siempre genial en tu forma de escribir, pero esta vez dando un pasito más por a los que tanto le debemos y que tan poco cuidamos

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